Nos referimos al desmantelamiento del complejo escultórico dedicado a Cristóbal Colón, obra del artista florentino Arnaldo Zocchi. Mucho ha ocurrido desde entonces: presentaciones legales para que sea repuesto en su lugar, argumentaciones históricas y del origen del monumento donado por inmigrantes italianos en conmemoración del Centenario de Mayo de 1810, acción que fue aprobada por el Congreso Nacional en 1907. Terminado de emplazar en 1921, fue un símbolo de la ciudad y del país.

El mes último, bajo la consigna "Colón en su lugar", se realizó una concentración en la plaza homónima, convocada por el Comité Italo-Argentino y adherentes, para reclamar al gobierno nacional la restitución de dicho monumento al lugar de donde nunca debió ser removido. Más de 300 asociaciones culturales, barriales, sociales, deportivas y académicas, integradas por descendientes de italianos y españoles, apoyaron la convocatoria y su demanda. Se sostuvo que el complejo escultórico, con sus 15 estatuas, debe reconstruirse allí, en honor a su historia y a su origen. Los oradores expresaron su confianza en que la Corte Suprema haga lugar al recurso elevado al respecto y se preguntaron por qué razón el presidente Mauricio Macri no lo ha devuelto a su emplazamiento original. Merece ser recordado que el gobierno porteño en aquel entonces, presidido por el hoy jefe del Estado, no opuso una dura resistencia al capricho presidencial de Cristina Kirchner, algo que hoy está en condiciones de reparar con todos los recursos legislativos y del convenio de cooperación entre el Estado y la Ciudad de Buenos Aires, suscripto en 2014, para reparar el avasallamiento cometido.

Sin desmedro de mantener en otro lugar de la plaza al monumento de la patriota de la Independencia Juana Azurduy, consideramos que la restitución del dedicado a Colón, en donde se encuentra la cripta original, sería un hecho relevante de reparacion histórica y cultural que nos merecemos los argentinos y, en particular, los millones de descendientes de italianos y españoles. Desconocer nuestro pasado como lo hizo el anterior gobierno nacional es un atropello a nuestra identidad como Nación. Sostenemos que ha llegado el tiempo de reparar dicha ofensa. El Presidente cuenta con las herramientas legales para hacerlo.